Expertos advierten de que recortar en I+D contribuye a socavar el crecimiento

El catedrático de geografía Rubén Lois de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), que ejerce de coordinador del programa europeo Siesta -de indicadores económicos sobre el crecimiento- hizo esta observación en la reunión de expertos de varios países europeos para presentar un informe sobre los objetivos de indicadores acerca del crecimiento en las distintas regiones europeas.

Lois indicó que las regiones alemanas de Baden-Wurtemberg, Baviera y Hessen; la metrópolis de Londres (incluidos algunos condados vecinos); el norte de Dinamarca, Suecia o la zona región de Toulouse (sur de Francia) constituyen "ejemplos" de un crecimiento económico innovador, sostenible e inclusivo.

El informe elaborado por expertos de varias universidades europeas analiza los indicadores sobre la expansión económica vinculada al conocimiento y la innovación; a la sostenibilidad y la eficiencia de los recursos energéticos; y a la inclusión de factores como un elevado nivel de empleo y de cohesión social y territorial.

Entre los "malos ejemplos", Lois consideró que figuran, en base a los datos analizados, los países más recientemente incorporados a la Unión Europea, fundamentalmente Rumanía y Bulgaria, pero también Grecia, las regiones del sur y centro de Italia y buena parte de la península ibérica.

"Galicia puede ser uno de esos malos ejemplos", señaló el coordinador del citado proyecto europeo de recolección de datos macroeconómicos y experto de la USC en geografía socio-económica.

Observó que Galicia, así como otras regiones españolas y del sur de Europa, han aplicado políticas de reducción inversora en asuntos de investigación y desarrollo que pueden socavar precisamente su futuro y contribuir a ahondar la crisis.

Apuntó, a modo de ejemplo, que Galicia llegó a hacer un "esfuerzo inversor" para intentar reducir la brecha en I+D respecto al resto de Europa, pero apuntó que en los últimos años ha habido una "caída" de los fondos como consecuencia de las rebajas presupuestarias.

Al contrario, indicó que Islandia, que dedica una 4 % de su renta nacional a programas de I+D, o Irlanda, que invierte también tasas considerablemente superiores a España, "están saliendo relativamente bien de la crisis".

"Europa no va a poder competir en una economía global si no invierte en innovación tanto como los hacen Estados Unidos, Japón y algunos países emergentes", advirtió Lois.

El borrador del informe publicado meses atrás apuntaba que Europa se encuentra dividida entre un bloque de países de la zona oriental, partes del Grecia, el sur de Italia y de Francia y la casi totalidad de España, que afrontan todavía los retos de esos objetivos de crecimiento, frente al resto de Europa que cumplen esos criterios establecidos años atrás.

Entre los objetivos figuran la asunción de políticas para que el el 3 % del PIB de la Unión Europea se dedique a I+D, el 75 % de ciudadanos de 20 a 64 años tengan empleo, reducir en un 20 % ó 30 % las emisiones de gases de emisiones de dióxido de carbono respecto a los niveles de 1990, obtener un 20 % de energía de fuentes renovables y aumentar en un 20 % la eficiencia energética.

También figuran entre los objetivos fijados por las autoridades europeas reducir el abandono escolar por debajo del 10 %, conseguir que al menos el 40 % de la población de 30 a 34 años complete un nivel de estudios terciario y lograr al menos 20 millones menos de personas en riesgo de pobreza y exclusión social en 2020.

Preguntado acerca de si el programa Siesta (de las siglas en inglés de indicadores espaciales de análisis estratégico territorial para Europa 2020) pone de manifiesto precisamente las diferencias norte-sur del continente, Lois abogó por una "transferencia de conocimiento" para mejorar la competitividad, y concluyó que esos objetivos se pueden lograr "tanto por quienes duermen la siesta como por quienes siguen un horario más concentrado en el norte".